El ejercicio físico es un aliado super poderoso para tu bienestar emocional. La conexión entre deporte y salud mental es innegable. Existe una clara evidencia sobre cómo el movimiento influye en tu estado de ánimo, autoestima y equilibrio emocional. En este artículo, exploraremos los beneficios del ejercicio físico para la salud mental y cómo puedes integrar el movimiento en tu vida de una forma amable y sostenible.
La conexión entre el ejercicio físico y la salud mental
La actividad física influye en la liberación de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y las endorfinas, que están directamente relacionadas con la regulación del estado de ánimo y la reducción de la ansiedad y la depresión. Además, el ejercicio también impacta en la forma en la que percibes tu cuerpo y tu relación con él, fortaleciendo la autoestima y la confianza.
Si estás lidiando con estrés, ansiedad o depresión, incorporar el ejercicio a tu rutina puede ser un recurso muy valioso para tu bienestar. Además, en Nakama podemos ayudarte con la terapia online para la ansiedad.
Beneficios del ejercicio físico para la salud mental
El movimiento corporal tiene múltiples beneficios para tu salud física y mental. Te cuento más abajo.
Reducción de la ansiedad y el estrés
El movimiento ayuda a regular la respuesta del sistema nervioso ante situaciones de estrés, reduciendo los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y promoviendo un estado de relajación. Además, realizar ejercicio con regularidad te permite descargar tensión acumulada, encontrar un espacio de desconexión y mejorar la calidad del sueño porque contribuye a que este sea más profundo y reparador.

Mejora del estado de ánimo y combate de la depresión
Practicar deporte aumenta la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores que juegan un papel clave en la regulación del estado de ánimo, la motivación y la sensación de bienestar. También se liberan endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad” son sustancias químicas naturales que actúan como analgésicos y reductores del estrés. Según diversos estudios, el ejercicio físico regular puede ser tan efectivo como algunos tratamientos farmacológicos para la depresión leve o moderada (Cooney et al., 2013). Además, moverte te ayuda a generar rutinas, aumentar tu sensación de logro y favorecer la conexión social.
Fortalecimiento de la autoestima y la confianza
El ejercicio también impacta en la manera en que te relacionas con tu cuerpo. Moverse desde la amabilidad y el respeto por tu cuerpo, y por tu salud, te permite experimentar el placer del movimiento, conectar con tu fuerza y reconocer todo lo que tu cuerpo puede hacer por ti. El ejercicio también estimula la neuroplasticidad que promueve el crecimiento de nuevas neuronas y conexiones sinápticas en el cerebro. Esto mejora la función cognitiva, la memoria y la capacidad de adaptación y recuperación ante nuevas situaciones.
¿Qué tipo de ejercicio físico beneficia más a tu salud mental?
Ejercicios aeróbicos
Actividades como caminar, correr, nadar o montar en bicicleta son excelentes opciones para liberar tensión y mejorar el estado de ánimo. La clave es encontrar una actividad que disfrutes y adaptar la intensidad según tus necesidades y energía.
El yoga y la meditación
El yoga combina movimiento, respiración y conciencia corporal, lo que lo convierte en una práctica ideal para calmar la mente y conectar con el presente. Estudios han demostrado que el yoga puede reducir síntomas de ansiedad y depresión, mejorando la regulación emocional (Pascoe et al., 2017).
Entrenamientos de fuerza
Levantar peso o hacer ejercicios de resistencia es una opción buenísima que te ayuda a sentirte fuerte, a reducir el estrés y a mejorar la confianza en ti misma. Entrenar fuerza o cualquier opción que implique mover el cuerpo es una forma saludable de liberar tensiones y ventilar las emociones.
Deporte y salud mental: Cómo empezar y mantener el hábito
Mi truco para cuando quiero establecer un nuevo hábito: Recuerda las “3S”
- Sencillo: No tienes que empezar por ejercicios complejos, empieza por el primer escalón.
- Sostenible: Sé honesta contigo ¿Cuánto tiempo real puedes invertir para que sea sostenible con tu día a día?
- Satisfactorio: ¡Esto es muy importante! Que te haga sentir bien y que sea un rato en el que disfrutes.
Establecer objetivos realistas
Esto es básicamente el primer paso, hazlo sencillo. En lugar de fijarte objetivos inalcanzables, comienza con pequeños pasos. Empieza sencillo. Encuentra una actividad que disfrutes y ajusta la intensidad según tu energía y estado de ánimo.
La importancia de la constancia
Aquí vamos con el segundo punto, tiene que ser sostenible en el tiempo. Se trata de encontrar una rutina que se ajuste a tu vida. Escuchar a tu cuerpo y respetar sus ritmos es clave para mantener el hábito sin caer en la autoexigencia.
Escuchar a tu cuerpo y tu mente durante el ejercicio
Terminamos con la tercera “S” SATISFACTORIO. Recuerda que no tienes que hacer el ejercicio de moda, o el que te han dicho que es el mejor. El mejor ejercicio es el que te gusta y disfrutas. Y si un día necesitas descansar, permítete sin culpa.
Ejercicio físico como aliado para tu bienestar mental
El ejercicio puede ser un recurso que te ayude a conectar contigo, regular tus emociones y cuidar tu salud mental. Integrar el movimiento de manera amable, consciente y sostenible puede ayudarte a sentirte mejor contigo misma. Encuentra lo que disfrutas, respeta tus tiempos y permítete descubrir el placer de moverte por y para ti.
Y recuerda, que sea sencillo, sostenible y satisfactorio, para que realmente se convierta en un hábito a largo plazo y empecemos a notar los beneficios.